Los Kintos de Fabara no dejan de sorprenderme. Aunque tengan la ayuda de algún padre y alguien con algo de experiencia que haga de representante saben montar todo un programa de actos teniendo bajo control todo mucho mejor que empresas que se dedican a ello ‘profesionalmente’.
Para quien no lo sepa, en España los ‘kintos’ son los que cumplen 18 años. Antiguamente se les hacía una fiesta porque al cumplir la mayoría de edad los ‘hombrecitos’ se iban a hacer el servicio militar obligatorio. Desde 2002 se terminó eso de ir a la mili pero se continuó celebrando la fiesta incluso con más fuerza que antes, o eso cuentan los mayores. Yo llevo desde que tengo uso de razón asistiendo a esta fiesta, primero como público y después como fotógrafo, y es admirable lo bien que organizan cada año el programa de actividades.
Este 2020, por desgracia para mí, muchas fiestas de carnaval, de quintos y ‘de invierno’ en pueblos coincidieron la misma noche y tuve que rechazar ofertas muy muy buenas. Y el problema de la coincidencia de celebraciones tiene difícil solución, pero tras esto existe otro mayor del que en Aragón especialmente pocos se percatan: la antelación. En estos tiempos en los que a mí personalmente no me sobra el trabajo como fotógrafo, nadie sabe lo que puede llegar a doler tener que decir que no puedes ir a pueblos en los que todos los años sueles estar. Y la cuestión de la antelación no es un problema de las orquestas, de las barras o de otros espectáculos supuestamente ‘de más envergadura’, sin embargo quienes ocupamos puestos infravalorados como el de camarero, DJ o fotógrafo parece que tengamos que estar disponibles todos los días del año para trabajar.
Pues no, básicamente porque la inestabilidad nos hace elegir cuanto antes, y quizás donde nos comprometamos no cobremos lo que deberíamos o no nos terminen de gustar las condiciones, pero al menos en mi caso el compromiso no lo rompo por nada del mundo porque ya se sabe, harás cientos de eventos en los que te felicitarán por tu trabajo pero como falles en uno estarás marcado para toda la vida. Así que, empresarios de España, organizad con meses de antelación las fiestas y tratadnos a todos por igual porque si la gente del pueblo nos conoce luego somos nosotros quienes cargamos con las consecuencias.
Los kintos de Fabara siempre me avisan con 4 o 5 meses de antelación y se lo curran como en pocos sitios. Sí que es cierto que conforme pasan los años ya no hay la misma conexión, supongo que porque cuando tienes 18 años todos los mayores de 20 te parecen viejos, pero recuerdo que durante los primeros años estaba toda la noche de principio a fin, me divertía con las locuras típicas de la gente que desfasa en su propia fiesta, me llevaban a peñas, lo que por esta zona se montan en cocheras de las casas donde se va a beber antes de ir a la fiesta… Y quizás, 10 años después no sea lo mismo, pero el espíritu se sigue manteniendo. Este 2020 me dieron unas pegatinas con su logo y sus nombres que conservaré en la caja de los recuerdos, que será una tontería, pero son cosas que después de un tiempo te pones a mirar y te trasladan al momento justo en el que sucedió todo. Desde aquí quiero dar las gracias a todos los kintos que durante los últimos 10 años han contado conmigo para inmortalizar sus fiestas. Ojalá pueda decir esto mismo dentro de otros 10 años.
Y tú, si vives en España y hay fiestas de kintos en tu pueblo. ¿A qué esperas para contactar conmigo? Envíame un e-mail o un mensaje privado desde cualquiera de mis redes como @abdulgrau y hablamos, me encanta conocer lugares nuevos a los que ir como fotógrafo.